martes, 5 de diciembre de 2017

Trastornos foniátricos

Un uso inadecuado de la voz puede desembocar en diversos trastornos foniátricos como son: laringitis, pólipos o nódulos en las cuerdas vocales.


En los últimos días son muchas las personas que se han preocupado por las patologías otorrinolaringológicas, en concreto con la pérdida de voz (afonía). Desde el Gabinete de Salud Laboral de CCOO Canarias han elaborado el presente informe:

Los principales síntomas de las alteraciones de voz son: roquera, falta de intensidad, escozor, tos, quemazón, falta de aire al hablar, dolor en la zona faringe-traqueal y pérdida de voz (afonía).

¿Por qué se producen estos trastornos foniátricos? Principalmente, por hablar demasiado alto, durante mucho tiempo, de forma técnicamente inadecuada y en ambientes y espacios sonoramente inconvenientes. Cuatro son las variables que influyen directa y recíprocamente unas sobre otras en la emisión de la voz: la actividad vocal que se desempeñe, el entorno acústico en el que se hable, los factores ambientales y los factores personales del hablante.

La actividad docente. Los principales factores de riesgo:
  • Hablar mientras se escribe en la pizarra.
  • Tratar de imponer la autoridad con el grito.
  • Exposición al polvo de tiza, en su caso, que irrita las mucosas.
  • Elevado número de alumnos, que provocan mayor nivel de ruido del entorno, lo que obliga a forzar la voz.
El entorno acústico y ambiental. Hay que tener en cuenta el nivel de ruido ambiental que tenemos en nuestros puestos de trabajo. Por ello, un factor fundamental es la acústica de las aulas. Demasiada reverberación, o demasiada poca, no ayuda a la transmisión del sonido, lo que favorece la aparición de cansancio vocal.

Respecto a los factores ambientales, la falta de humedad reseca las mucosas nasofaríngeas. El exceso de frío o de calor, ventilación escasa o corrientes de aire, aire acondicionado, etc. porque pueden irritar las mucosas.

Factores y hábitos personales.
  • La utilización de un volumen de voz demasiado alto.
  • Inspirar constantemente por la boca, resecando las mucosas bucales, o hacerlo de forma insuficiente para mantener una voz sostenida y firme.
  • Utilizar incorrectamente las cajas de resonancia.
  • Articulación rápida y pobre sin marcar las letras y vocales.
  • Utilizar tonos de voz demasiado graves o demasiado agudos.
  • Estar tenso, estresado. No dar importancia a los trastornos de la voz lo que lleva a la cronificación de los trastornos.
  • Fumar y beber alcohol de manera significativa.
  • No dormir suficientemente ni hacer los descansos de voz adecuados.

Prevención de los riesgos relacionados con la voz.
Son los titulares de los centros -empresarios y la Administración Pública, para sus respectivos centros- los responsables de tomar las medidas preventivas que a continuación exponemos.

1.- Ejemplos de Medidas preventivas de carácter colectivo.
  • Diseño de aulas y espacios aislados del ruido exterior y con niveles acústicos óptimos, evitando la reverberación excesiva;
  • Aulas con temperatura y humedad adecuada;
  • Instalación de micrófonos que ayuden a transmitir las ondas sonoras o pizarras electrónicas y proyectores que eviten la utilización de la tiza.
  • Vigilancia de la salud específica en la materia, por parte de la Administración pública.

2.- Ejemplos de Medidas preventivas organizativas:
  • Alternar la exposición oral con la realización de ejercicios prácticos en los que sea necesario hablar.
  • Distribuir las horas lectivas favoreciendo las pausas y descansos vocales.
  • Diseñar estrategias de respuesta ante la disrupción para evitar forzar la voz al imponer la disciplina.
  • Estrategias para evitar el estrés.
  • Diseño de cursos específicos de técnica vocal.

3.- Medidas preventivas individuales:
  • Respecto a la emisión de voz: aprender técnicas de proyección vocal adecuadas; disminuir el nivel de ruido ambiental en vez de hablar más alto para compensarlo; hablar de cara a las personas; evitar hablar mientras se escribe en la pizarra y gritar a los alumnos que estén a larga distancia y en espacios abiertos.
  • Respirar por la nariz y no por la boca para evitar que se reseque la laringe; respiración abdominal e intercostal; evitar ropas excesivamente ajustadas que impidan una respiración adecuada.
  • Utilizar técnicas para evitar la fatiga vocal: hablar en tono vocal normal y en una intensidad adecuada para no dañar el aparato fonador; permitir una variación del tono vocal mientras habla; proyectar la voz sin forzar la garganta; conocer los propios límites físicos en cuanto a tono e intensidad.
  • Respecto a la postura: mantener una posición confortable, erguida y simétrica; mantener la garganta relajada; evitar tensar o apretar los dientes, la mandíbula o la lengua durante la fonación (usar técnicas que reduzcan al máximo la tensión muscular).
  • Mantener un estilo de vida y un entorno de vida saludable: limitar la ingestión de alcohol, café y té; llevar una dieta adecuada; evitar el sedentarismo y practicar algún tipo de actividad física; limitar el uso de la voz durante las actividades de ocio; reconocer los primeros síntomas de fatiga vocal: dolor de garganta, sequedad, etc.; evitar ambientes secos como los causados por excesivo aire acondicionado o calefacción; beber agua de forma abundante, incluso en clase.
  • Realizar técnicas y ejercicios para ejercitar la voz: ejercicios de respiración para fomentar la respiración diafragmática; ejercicios de relajación para evitar tensión física en el cuerpo; ejercicios de articulación donde se trabaja la posición de la lengua, el velo del paladar y la abertura de la boca para que los órganos de la articulación sean más ágiles y flexibles.
Síntomas de un posible trastorno foniátrico.
Padecer trastornos foniátricos de forma frecuente no es algo consustancial a nuestra actividad profesional sino que son indicadores de que "algo" se está realizando de forma incorrecta. Lo que implica la realización de las medidas correctoras para solventar dicha carencia.

Existen una serie de indicios que nos alertan de un posible trastorno de la voz:
  • Sequedad y picor en boca y garganta.
  • Punzadas en la garganta.
  • Molestias al tragar.
  • Sensación de tener un bulto o algo extraño.
  • Carraspear o toser con frecuencia.
  • Sentir que falta el aire al hablar.
  • Emitir "gallos" al hablar.
  • Perder la voz momentáneamente.
  • Tener mucha tensión en el cuello.
  • Padecer faringitis con frecuencia.
  • De esta manera, si padeces frecuentemente varios de los síntomas que adjuntamos, debes consultar a un médico especialista.
Los nódulos en las cuerdas vocales son la única patología, de las que afectan a los trabajadores de la enseñanza que puede ser catalogada como enfermedad profesional.

Es fundamental que el trabajador/a que utiliza la voz como herramienta profesional lo haga de forma correcta y eficaz, conociendo la técnica necesaria y los posibles riesgos que puede padecer.

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